jueves, 28 de mayo de 2015

La Ira: sus Mitos y Realidad


Varios mitos perpetuan y refuerzan nuestras creencias irracionales sobre la ira y cómo manejarla (Borcherdt, 1989). Veamos esos mitos y la realidad.

Mito1: "La ira es causada por un evento, una situación, o la conducta de otra persona, todas situaciones fuera de uno mismo. La gente no tiene control sobre su ira, la ira es algo que le sucede a uno."

Realidad: Somos responsables de nuestra propia ira, tanto de sus causas como de cómo se maneje. Si creemos que no somos responsables de nuestra ira, la manejaremos pobremente y ella nos manejará a nosotros.

Mito 2: "Es sano el expresar la ira. Me siento mejor luego de haber expresado mi ira".

Realidad: Tanto el sentirnos enojados y expresar la ira o no expresarla puede tener consecuencias en nuestra salud. Entre ellas estan los problemas cardíacos, alta presión (que lleva a derrames cerebrales), síntomas gastrointestinales, depresión del sistema inmunológico, y otros problemas de salud.
Algunas veces hay un alivio breve, inmediato y placentero luego de haber expresado la ira. La ira nos da un sentimiento temporario de fortaleza, poder, y control, ocultando así los sentimientos de dolor, rechazo, impotencia, e ineptitud. Cuando expresamos la ira, nos sentimos que estamos manejando un problema práctico (por ejemplo haciendo que una persona que se está comportanto incorrectamente, corrija su conducta). Una persona que se enoja fácilmente y que está obsesionada con la ira, está también obsesionada con el sufrimiento.

Mito 3: "Mis dos únicas opciones con respecto a la ira o bien expresarla o guardarla".

Realidad: De hecho hay otra opción. Bajar, reducir, o rechazar su ira en lugar de expresarla o guardarla. Practique el rechazar su ira modificando sus creencias irracionales y conversaciones mentales.
El expresar el enojo no significa liberarse de él. El expresar la ira es practicarla. El practicar la ira lo hace más vulnerable a enojarse y expresar su ira cuando se sienta frustrado en el futuro.

Mito 4: "El expresar la ira atrae la atención de los demás, hace que uno consiga lo que quiere, y reduce las posibilidades de que los demás se aprovechen de uno.  La gente necesita que se la confronte cuando obra mal y que también se le de una lección".

Realidad: El expresar mucho su ira o amenazar con expresarla, por lo general consigue lo que usted quiere, pero por corto plazo.
A largo plazo, las expresiones graves de ira dañan las relaciones e invitan al destinatario de su ira a que guarde resentimiento o a buscar represalias. Los estallidos de ira generan resentimiento, amargura, y distancia en las relaciones. La ira engendra ira.
Si usted está en una posición de poder sobre otra persona y expresa mucha ira, es posible que esa persona le devuelva la ira. Sin embargo, las personas que están en una posición de subordinación con frecuencia se vengan de sus ataques de ira de una manera oculta, a veces socavando metas importantes.

Reemplace la ira con firmeza y disgusto. Afirme y plantée sus sentimientos o derechos sin manifestar mucha ira o emoción intensa. Sea firme en lugar de colérico.
Póngase enojado y estúpido o disgustado y perspicaz. Usted va a pensar con más claridad cuando esté disgustado (un estado emocional menos intenso que la ira) y va a resolver los problemas más eficazmente. La observación: "La gente cuando se enoja se pone estúpida". Maneje su ira o ella lo manejará a usted.

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