Orientaciones
a seguir para establecer amistades
En
primer lugar has de saber que si quieres hacer amigos, necesariamente tienes
que conocer a gente.
Como
sabes, una forma de conocer gente es ir a donde se reúne con algún fin o
apuntarte a algún tipo de asociación. Así, por ejemplo, es posible hacer amigos
en tu propio instituto, en una excursión, en la playa, en
lugares como los polideportivos, o en los festivales o locales de música donde
la gente se reúne para escuchar a sus grupos o cantantes favoritos.
Pero,
además de acudir a esos lugares o apuntarte a alguna asociación para hacer más
probable que conozcas a alguien, debes saber que existe una serie de pasos que
sería deseable que dieras si quieres aproximarte a una persona pretendiendo
establecer una amistad. En este sentido te sugerimos que actúes de la siguiente
forma:
1.
Tantea el terreno. Es decir, observa si la persona está
interesada en hacer algo contigo o con la gente de tu grupo o, si eres tú
el(la) interesado(a) en hacer algo con ella, puedes realizar
preguntas
cerradas con este fin. Así, si sabes que les gusta el cine, puedes preguntar: «¿Vais a ir al cine esta tarde?»; si
es el fútbol lo que les interesa, puedes preguntar: «¿Vais a jugar el sábado por la mañana»?, etc.
En una situación menos clara, es decir, donde no sabes con
certeza
qué le gusta al otro, puedes tantear el terreno con preguntas abiertas como: «¿Qué deportes te gustan? ¿Cuáles son las asignaturas que más te
gusta estudiar?».
2.
Realiza una invitación abierta. Si hemos podido averiguar lo que le
gusta a la persona que queremos conocer, entonces podemos hacerle una
invitación abierta para determinar si ella también está realmente interesada en
conocernos a nosotros, o no lo está. Podemos realizar
proposiciones
similares a las que siguen: «Podíamos quedar para ir al
cine, ¿qué te parece?» o «Algún día tenemos que quedar para hablar de..., ¿te parece bien?».
3.
Actúa ante las respuestas. Ante nuestra invitación pueden darse
tres posibles respuestas del otro o los otros: respuesta afirmativa, neutra o
negativa. Veamos qué habríamos de hacer en cada caso:
a) Respuesta afirmativa. Pon una fecha
concreta Imagina que la otra persona te responde diciendo: «¡Genial!» o «¡A ver si es verdad!» o
«¡Me encantaría!» Si ocurre esto, entonces puedes poner
una fecha concreta para quedar.
b) Respuesta neutra. Inténtalo otro día Si
la respuesta de la otra persona es del tipo: «Tal vez, bueno, algún día podríamos quedar» o «Sí, quizás algún día lo podríamos hacer», no
debes atosigar al otro. En estos casos
es mejor volver a intentarlo otro día o pasado un tiempo. Una posible respuesta
serían por ejemplo, «Vale, ya me avisarás cuando
puedas» o «Venga, quedamos en eso».
c) Respuesta negativa. No insistas
Si la
respuesta es «En estos momentos estoy un poco liada» o «Ya, pero es que ya he quedado con mis amigos» o
alguna otra en la que indirecta o directamente se te dice «no» no insistas; lo mejor
es abandonar el intento y dejarlo para otra ocasión más propicia. En estos
casos tú también puedes responder: «Bueno, vale, no
pasa nada» o «Si cambias de idea, dímelo».
A
continuación te describimos una situación imprevista que es aprovechada por una
de las personas (Juani o Marcos) para intentar establecer una amistad. Estudia
bien cómo proceden, quién toma la iniciativa y cómo la toma, cómo mantiene la
conversación, etc. Por cierto,
también
te proponemos que elabores tus alternativas sobre cómo terminarías la
conversación y mandárnosla a nuestro correo info@psicologo-forense.com.
Situación.
Carmen/Carlos
te presenta a Juani/Marcos, un amigo(a) suyo(a). Estáis charlando los tres y en
la mitad de la conversación Carmen/Carlos va a llamar por teléfono; mientras te
quedas solo(a) con Juani/Marcos, él/ella te dice:
Juani/Marcos:
Entonces estás estudiando en la Torreta.
Tú: Sí, ya llevo allí dos cursos.
Juani/Marcos:
Y ¿qué tal se está?
Tú: Bueno, supongo que como en todos los institutos. No se está mal.
Juani/Marcos:
¡Vaya!, pues en el mío tenemos un profesor que da su clase bastante mal.
Tú: ¿Sí?
Juani/Marcos:
Pues sí. Pero nadie hace nada.
Tú: ¿De qué da clase?
Juani/Marcos:
De Filosofía. ¡Imagínate!
Tú: ¡Vaya!
Juani/Marcos:
Sí...
Tú: ¿Cómo te van las otras asignaturas?
Juani/Marcos:
Mal, mal.
Tú: ¿Mal?, pero ¿muy mal?
Juani/Marcos:
Pues mal.
Tú: ¿Es que te han quedado varias asignaturas?
Juani/Marcos:
Sí.
Tú: Por cierto, ¿practicas algún deporte?
Juani/Marcos:
Si, patino.
Tú: ¡Vaya, como yo!
Juani/Marcos:
¿Dónde patinas?
Tú: En un sitio cerca del pabellón de deportes.
Juani/Marcos:
Yo en la pista del Infante, cerca de mi casa.
Tú: Será por eso por lo que no hemos coincidido.
Juani/Marcos:
Claro, porque siendo tan pocos los que patinamos... ¡Mira que no conocernos!
Tú: Sí, es verdad, aunque quizá conozca a alguien que patine contigo.
(él/ella
dice varios nombres, pero no te suena ninguno)
Tú: Pues no me suenan.
Juani/Marcos: Ya, es que los que patinan conmigo viven la
mayoría fuera, en urbanizaciones
Orientaciones a seguir para mantener amistades
La amistad, como
casi todo en la vida, requiere mantenimiento para sobrevivir. La mejor forma de
mantener las amistades es frecuentar a los amigos, preocuparse por su situación
personal y familiar, planear actividades juntos, etc., es decir, mantener un
contacto regular que facilite
tanto el
conocimiento continuo del otro como la posibilidad de sentirte cómodo para
expresarle lo que piensas y sientes.
Compartir cosas
con los amigos es básico, pero todo tiene un límite, el exceso de lo que sea
siempre es malo. No es bueno que uno nunca exprese lo que siente, pero tampoco
es bueno para mantener una amistad el que uno esté permanentemente descargando
en el otro lo que leocurre. ¡A nadie
le gusta estar oyendo a alguien quejarse de forma constante!, aunque se trate de
tu mejor amigo o amiga. El exceso sacia y con el tiempo termina cambiando su
significado: lo que previamente
era atractivo y apetitivo termina convirtiéndose en repulsivo y aversivo.
Recuerda que si lo
que buscas es estar con gente agradable, simpática, que te entienda, es muy
probable que los demás también esperen lo mismo de ti. Pero, simpático y
agradable no son sinónimos ni de superficial ni de pesado. Una broma de vez en
cuando siempre suele ser
bienvenida. Una
broma detrás de otra, un día y otro día, termina cansando y haciendo que nos vean
como «el cuentachistes» o «el bromista» en sentido peyorativo. Evita el exceso,
pero si quieres ser agradable recuerda que tienes que aprender a serlo, y eso
se aprende practicando y observando tanto las consecuencias de tu propio
comportamiento como el de aquellos que entiendes que pueden ser buenos modelos
para imitar. Recuerda que nadie nace siendo agradable: también se aprende.
En síntesis, un
buen plan para mantener amistades debería incluir:
- Un régimen regular de visitas o
actividades conjuntas.
- Planificar actividades extraordinarias
conjuntas.
- Controlar los efectos negativos de la
saciación: evitar los excesos, siempre que sea posible.
- Preocuparse por la situación personal,
académica, laboral, etc., del otro.
- Ofrecer ayuda cuando se perciba
necesidad o cuando el otro te lo solicite.
-Aprender de lo que
hacen aquellos, que conservan durante mucho tiempo a sus amigos.
Estos son unas orientaciones muy básicas para aquellas personas que
noten dificultad en mantener amigos durante mucho tiempo y/o les gustaría hacer nuevas amistades.
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